martes, 18 de mayo de 2010

El pantano

Estar entre tu piel es dormir en un pantano
donde levito, donde mis manos
describen surcos donde van pasando,
donde la lluvia no puede mojarme y las abejas
no alcanzan a poner sus aguijones.
Donde danza mi vello en sus balcones,
donde mis lágrimas se pierden.
Donde mi carne se va volviendo tierna
y mis uñas ya no pueden hacer daño.
Donde hay peces azarosos
que nadan salvando mis apéndices
y me observan con miles de pupilas
que van absorbiendo mis matices
hasta volverme transparente,
confundirme con el agua
y atravesarme.
Donde mis oídos están tan empapados
que apenas captan las palabras
que frágilmente se desplazan.
Donde nada huele a nada,
donde a mi aliento le cuesta renovarse
y mis pequeñas vísceras padecen
una lenta y deliciosa agonía.

Y de donde, irremediablemente,
saldré un poco más sucia.

domingo, 16 de mayo de 2010

Donde el viento vibra

Corazón, aún eres tan fresco que a veces te resbalas.
Y yo te albergo sin tocarte
como un eunuco custodiando harenes.
Y te conservo
y voy padeciendo tus latidos estridentes
y tus ritmos oscilantes y rebeldes.
Has tenido cerca muchas manos
que no venían por ti, cascarón temprano,
ingenuo gorrión arrinconado.
Vives en un valle de penumbra
donde el aire es tan sucio que te ahoga,
donde el viento vibra y te golpea
como golpeas tú mis huesos y me dices que estoy viva.
Corazón, aún eres tan chico y ya has perdido tanto,
tantos fuegos han lamido tu fachada
y siempre has saltado tan tarde…
Y a pesar de todo sigues batallando,
ardiente corazón desenfrenado,
y alimentando hogueras y zapatos planos.
Y ya ves,
yo, sin conocerte aún, te seguiré guardando.

sábado, 15 de mayo de 2010

El agujero

Espectador del tiro a bocajarro,
y de mi muerte único testigo,
por doblarla tú me diste vida
sin borrar el tatuaje malherido.
Falso redentor que con tu barco
me sacaste de aquel lodo movedizo
y esperando la promesa de una orilla
en mayor profundidad me has despedido.
Viento que volabas solitario,
sin saber qué ramas tuerce el sino,
te colaste en una carcomida
y cual flauta la sonaste por descuido.
Llenaste el hueco de espuma y barro
como una ola al arenal hundido
que al volver arrastra arena a la deriva,
dejando el agujero aún más vacío.
Maldito germen mercenario,
empleaste corto y mal camino
en penetrar por mis heridas
en lugar de entrar en mí por el oído.

jueves, 13 de mayo de 2010

Autoindestrucción

Andas por los discretos senderos de La Tierra,
por sus rincones secretos,
y nadie te ha dicho nunca que eres nadie,
siendo siempre más de lo que eres.

(Tinta)

¿Qué rostro está impreso en cada charco?

(Tinta)

¿Qué ojos están en línea con el horizonte inmenso?

(Tinta)

¿Quién ha sido el último en ver lo que estás viendo?

(Tinta)

Y de todo cuanto ves a tu alrededor, ¿cuál es el centro?


Hoy tengo pluma en la mano y tinta en el tintero,
hoy no me puedo perder.
Muerte, hoy tampoco me esperes despierta.